En materia de acciones mecánicas, el comportamiento de los muros de carga resulta tan complejo que muchos de los problemas que se manifiestan a través de ellos tienen su origen en otras partes del edificio, tales como las cimentaciones, el terreno o la estructura horizontal. Ello viene determinado con frecuencia por dos factores: una mala concepción inicial o las modificaciones introducidas en el edificio con el tiempo.
El origen de las lesiones puede hallarse en fenómenos externos o internos, distinguiéndose dos grandes grupos de causas. En primer lugar, las lesiones relacionadas con el terreno, las cimentaciones, sus movimientos y su desplazamiento. El segundo grupo estaría integrado por las lesiones cuyo origen se halla en las propias características constructivas del edificio y en los materiales utilizados.
Las incompatibilidades de deformación o de movimiento entre revestimientos y fábrica base son quizás la causa más directa de la aparición de grietas y fisuras, provocando las lesiones del tipo más claro y abundante. Además, se trata de lesiones que aceleran o desencadenan las agresiones de tipo físico-químico.
1. Fisuras por deficiencias de colocación del ladrillo : Debido a la falta de adherencia entre el ladrillo y el mortero adhesivo, consecuencia de no haber liberado el polvo de los ladrillos antes de colocarlos.
2. Fisuras debido a acciones mecánicas externas: Si la fisura viaja tanto horizontal como vertical o diagonal, entonces es debido a que se han producido movimientos que superan a la resistencia del muro. Estas fisuras pueden recorrer tanto una junta vertical u horizontal entre ladrillos como así también pueden atravesar el ladrillo en forma diagonal o vertical. Las patologías debido a acciones mecánicas externas se pueden evitar con precauciones a tomar desde el proyecto mismo, antes de comenzar la obra. Es importante analizar previamente las resoluciones constructivas a adoptar para cada caso.
3. Aberturas: Una abertura debilita al muro e impone que se deban redistribuir las cargas hacia los costados de la misma, ocasionando esfuerzos diferenciales que generan tracciones. Los dinteles y la hilada de antepecho son lugares críticos, muy propensos a fisurar si no te toman los recaudos correspondientes
4. Acciones higrotérmicas: Las variaciones de temperatura y de humedad producen dilataciones y contracciones en los materiales. En los diseños deben a veces contemplarse juntas para absorber los movimientos. Al enfriarse o al perder humedad un muro se contrae. En muros muy extensos, de longitudes superiores a 8 m, es conveniente cortar el paño con un refuerzo vertical o una junta de control, o bien incorporar algún refuerzo horizontal de hierro.
Referencias
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